Tres misioneros estadounidenses fueron asesinados por bandidos armados en un ataque a un orfanato en Lison 49, Plaine, al norte de Puerto Príncipe. Dos de ellos eran la hija y el yerno del legislador de Misuri, Ben Baker. La noticia fue compartida en redes sociales por el expresidente Donald Trump, quien instó a encontrar a los asesinos. La hija de Baker, Natalie, y su esposo, Davy Lloyd, se mudaron a Haití en 2022 para ejercer como misioneros y trabajaban con niños haitianos a través de la ONG Misiones en Haití Inc. fundada por los padres de Davy en el año 2000.
La situación en Haití ha sido caótica, con bandas armadas controlando áreas como Lison 49, donde ocurrió el trágico ataque. En marzo, el Departamento de Estado de EE.UU. emitió un aviso de viaje desaconsejando viajar a Haití debido a las condiciones de seguridad impredecibles y peligrosas en el país. La muerte de los misioneros estadounidenses ha sido un golpe devastador para sus familias y para la comunidad de misioneros que trabajan en Haití. La tragedia ha generado conmoción y indignación, y se espera una respuesta rápida de las autoridades para encontrar a los responsables y llevarlos ante la justicia.
La pareja de misioneros, Natalie y Davy, había comenzado su labor en Haití poco después de casarse en agosto de 2022. A través de sus redes sociales, se puede ver cómo estaban comprometidos con su labor de ayudar a los niños haitianos a través de la ONG fundada por la familia de Davy. La comunidad de misioneros en Haití ha expresado su tristeza y solidaridad con las familias de las víctimas, y han hecho un llamado a la paz y a la justicia en medio de la violencia desatada por las bandas armadas en el país caribeño.
El legislador Ben Baker ha compartido su dolor por la pérdida de su hija y de su yerno en un acto de violencia tan brutal. Donald Trump también ha expresado su consternación y ha instado a encontrar a los responsables del ataque. La seguridad de los estadounidenses y de los misioneros en Haití sigue siendo una preocupación, y se espera una mayor atención por parte de las autoridades para garantizar la protección de quienes trabajan en zonas de alto riesgo como Lison 49. La comunidad internacional ha condenado el ataque y ha pedido justicia para las víctimas.
La labor de los misioneros en Haití ha sido fundamental para brindar ayuda y apoyo a comunidades vulnerables en un país que ha enfrentado múltiples crisis y desafíos en los últimos años. La pérdida de Natalie y Davy es un recordatorio de los riesgos a los que se enfrentan aquellos que dedican su vida a la labor humanitaria en entornos peligrosos. Se espera que sus vidas y su sacrificio sean recordados como un ejemplo de dedicación y altruismo, y que su legado perdure en las comunidades a las que sirvieron con tanto amor y compromiso. La investigación sobre el ataque continúa, y se espera que se haga justicia para que sus familias puedan encontrar un poco de consuelo en medio de tanta tragedia.