El 29 de octubre de 2007, República Dominicana fue golpeada por la tormenta Noel, que trajo consigo violentas ráfagas de viento y lluvias torrenciales que causaron una devastación sin precedentes en el país. Los ríos se desbordaron, los caminos desaparecieron bajo el agua, y las calles se convirtieron en rápidos que arrastraban viviendas y bienes, dejando a las familias en total desamparo. Los sectores más vulnerables fueron los más afectados por la furia de la naturaleza, con miles de personas quedando sin hogar y sin pertenencias.
La llegada de Noel se convirtió en sinónimo de destrucción en República Dominicana. Barrios como Sabana Perdida y Los Guaricanos en Santo Domingo Norte reportaban cerca de 800 damnificados tan solo un día después de la tormenta. Muchas familias se vieron obligadas a refugiarse en los techos de sus casas mientras el agua subía rápidamente, llevándose todo a su paso. La imagen de personas cargando lo poco que podían rescatar y tratando de salvar a niños y ancianos reflejaba la desesperación de la situación.
El desastre provocado por Noel golpeó con fuerza en localidades como San José de Ocoa, Padre Las Casas, Azua, Oviedo, Cotuí y Moca, con precipitaciones que superaron en un 300% los niveles normales. Los desbordamientos de ríos afectaron a miles de familias, especialmente en áreas vulnerables donde las personas vivían en zonas inundables a lo largo de los ríos y quebradas. La tragedia dejó 87 muertos, 42 desaparecidos y miles de familias desplazadas, con muchas refugiadas en albergues temporales en diferentes provincias del país.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe identificó a Duarte, Bahoruco, Barahona, Azua, San José de Ocoa, Monseñor Nouel, San Cristóbal y Peravia como las provincias más afectadas por el paso de la tormenta Noel. El colapso de puentes y carreteras dejó a 67 comunidades incomunicadas, mientras que la economía rural sufrió un duro golpe, especialmente en el sector agrícola. La destrucción causada por la tormenta fue extensa y millonaria, dejando efectos devastadores en todo el país.
Noel dejó un saldo desolador en República Dominicana, con 87 muertos, 42 desaparecidos y miles de familias que lo perdieron todo. Más de 34,000 personas fueron desplazadas y cerca de 5,000 se refugiaron en albergues temporales. A pesar de los esfuerzos por brindar ayuda y asistencia a los afectados, la magnitud de la tragedia era tal que el país tardó semanas en recuperarse. La memoria de la tormenta Noel permanece viva en la mente de los dominicanos, recordándoles la fragilidad ante los embates de la naturaleza y la importancia de la solidaridad y la preparación ante desastres naturales.