En 1951, Luis Armando Albino, de seis años, fue secuestrado en un parque de West Oakland, California, mientras jugaba con su hermano. Fue llevado a la costa este del país, donde fue criado por una pareja que lo trató como un hijo. Durante décadas, su familia biológica desconocía su paradero, hasta que su sobrina Alida Alequín, de 63 años, logró reunirlo con ellos gracias a una prueba de ADN que confirmó su parentesco. En junio de 2024, Albino finalmente se reunió con su familia en California, quienes nunca perdieron la esperanza de volver a verlo.
La madre de Albino, Antonia, siempre mantuvo la esperanza de que su hijo regresara a casa, incluso después de su muerte en 2005. Guardaba recortes de periódicos sobre el secuestro de su hijo en su billetera y tenía una foto de él colgada en la sala de su casa. Albino, un veterano del Cuerpo de Marines que sirvió en Vietnam y luego se convirtió en bombero, es padre y abuelo. A lo largo de los años, había preguntado a sus supuestos padres adoptivos sobre sus recuerdos en California, pero nunca obtuvo respuestas claras.
La sobrina de Albino, Alida Alequín, se interesó por encontrar a su tío después de realizar una prueba de ADN por diversión en 2020 y descubrir una coincidencia del 22% con él. Aunque no relacionó de inmediato la coincidencia genética con su tío perdido, en 2024 decidió buscarlo después de recordar a su familia con sus hijas. Tras encontrar fotografías de Albino en internet que coincidían con las descripciones de su familia, Alequín informó a las autoridades de Oakland, quienes con la ayuda del FBI lograron localizarlo en la costa este del país.
Después de la reunión con su familia biológica, Albino afirmó que nunca olvidará los difíciles momentos que vivió lejos de ellos, pero está agradecido por haber tenido la oportunidad de reunirse con ellos después de 73 años. Su madre siempre mantuvo la esperanza de volver a ver a su hijo, y finalmente este deseo se hizo realidad. A pesar de los años que pasaron separados, la familia de Albino se mostró emocionada y agradecida de poder compartir nuevamente momentos juntos y recuperar el tiempo perdido. La persistencia de Alequín y la prueba de ADN fueron clave para lograr esta emotiva reunión familiar.