Elider Santana Ramírez es una enfermera con una vocación impregnada de humanismo, que se originó cuando siendo niña tuvo que cuidar a su madre enferma. A pesar de haber enfrentado obstáculos desde temprana edad, Elider persistió en su vocación y estudió enfermería con la intención de servir con eficiencia y amor. Su práctica se caracteriza por un enfoque humanista, buscando siempre la satisfacción y mejora en la calidad asistencial de sus pacientes y sus familias.
A los nueve años, Elider tuvo que cuidar a su madre, quien sufrió una crisis reumática. La niña se encargó de administrarle medicamentos, alimentarla, bañarla y brindarle apoyo psicológico. Esta experiencia marcó su vida y la llevó a entender la importancia de la atención integral a los pacientes. Su madre, gracias a una vecina que le llevaba palabras de aliento, logró recuperarse y transformar su vida espiritualmente.
Durante seis meses, Elider y sus hermanos se turnaron para cuidar a su madre, quien estuvo postrada en cama casi un año. A pesar de las dificultades, la familia se mantuvo unida y luchó por salir adelante. Elider considera a su madre como su fuerza y su inspiración, ya que siempre mostró determinación y voluntad a pesar de las adversidades. Gracias a su madre, Elider aprendió a valorar el esfuerzo y la perseverancia.
A pesar de las limitaciones económicas y las dificultades que enfrentó en su vida, Elider logró graduarse como licenciada en enfermería en 2023, cumpliendo así un sueño que había perseguido desde temprana edad. Su madre siempre la alentó a seguir adelante y a perseguir sus metas, motivándola a ser una persona fuerte y comprometida. Elider se siente agradecida por el apoyo incondicional de su madre a lo largo de su vida.
Elider inició su carrera en la enfermería en 2016 en el Cedimat, donde pudo combinar su formación técnica con su vocación por el servicio. A pesar de los desafíos iniciales, logró adaptarse y superar las dificultades con esfuerzo y dedicación. Su práctica se caracteriza por su calidez, empatía y respeto hacia los pacientes, buscando siempre brindar una atención integral que no solo atienda las necesidades físicas, sino también las emocionales y espirituales.
La historia de Elider es un testimonio de superación, sacrificio y amor incondicional. A través del ejemplo de su madre, ha aprendido a valorar la importancia de la vocación, el servicio a los demás y la dedicación en su profesión. Su compromiso con la enfermería y su deseo de seguir creciendo profesionalmente demuestran la fuerza y la determinación que la caracterizan, inspirando a todos los que la rodean con su bondad y su entrega a los demás.