Más de un tercio de las numerosas bandas armadas que operan en Haití reclutan a niños, según la Unicef. Catherine Russell, directora de la organización, informó al Consejo de Seguridad de la ONU que entre el 30 y el 50 % de estas bandas tienen menores entre sus filas. Los niños también son víctimas de violencia sexual, siendo una gran parte de los miles de casos denunciados en el país. Los menores reclutados en las bandas se exponen a ser matados o heridos en los enfrentamientos con otras bandas o la policía, y también cometen actos violentos como asesinatos, secuestros y violaciones.
La Representante Especial de la ONU para Haití, María Isabel Salvador, expresó su preocupación por la situación de los niños en las bandas armadas. Lamentó que algunos de ellos sean víctimas de violaciones colectivas por parte de grupos armados y que se vean envueltos en actos de violencia. Salvador destacó que los niños reclutados están en riesgo constante y que la violencia desbordada en Haití ha alcanzado niveles alarmantes. Además, las bandas armadas han atacado infraestructuras públicas como comisarías de policía, la universidad, templos o el aeropuerto de Puerto Príncipe, provocando terror en barrios enteros de civiles.
A pesar de la formación del Consejo Presidencial de Transición en Haití, encargado de crear nuevas instituciones, la violencia en el país no ha disminuido. La falta de financiación internacional ha impedido la puesta en marcha de una misión policial multinacional para mantener la seguridad en la nación caribeña. La situación en Haití se ha vuelto cada vez más compleja y preocupante, con las bandas armadas causando estragos en la población civil y atacando infraestructuras clave. La presencia de niños en estas bandas y su exposición a la violencia son motivo de profunda preocupación para la comunidad internacional.
Es crucial que se tomen medidas urgentes para proteger a los niños en Haití y garantizar su seguridad y bienestar. La Unicef y otras organizaciones humanitarias deben trabajar en colaboración con las autoridades locales para abordar el reclutamiento de menores por parte de las bandas armadas y brindarles apoyo y protección. La creación de mecanismos de protección infantil y la promoción de la educación y oportunidades para los niños en situaciones de vulnerabilidad son clave para prevenir que caigan en las garras de la violencia y el conflicto.
La comunidad internacional debe comprometerse a apoyar a Haití en este difícil momento, proporcionando la financiación necesaria para poner en marcha una misión policial multinacional y fortalecer las instituciones de seguridad en el país. Es fundamental abordar las causas subyacentes de la violencia en Haití, como la pobreza, la desigualdad y la falta de oportunidades para los jóvenes, a fin de construir una sociedad más justa y pacífica. La protección de los derechos de los niños y su bienestar debe ser una prioridad en los esfuerzos de reconstrucción y desarrollo en Haití para garantizar un futuro mejor para las generaciones venideras.