El Gobierno de Venezuela rechazó las declaraciones del secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, quien cuestionó la legitimidad de las elecciones en las que Nicolás Maduro fue proclamado ganador. El Ejecutivo de Maduro calificó a Blinken de "charlatán" y lo instó a ocuparse de los problemas internos de su país. Según Caracas, Blinken está empeñado en una narrativa falsa en contra de la voluntad del pueblo venezolano y apoya a grupos extremistas de ultraderecha que intentan desestabilizar al país.
El Gobierno venezolano acusó a Estados Unidos de seguir una política obsesiva basada en la doctrina Monroe y de tener una conducta neocolonial e imperial que apoya a grupos fascistas en Venezuela. Se denunció la manipulación mediática, el uso de mercenarios y las tentativas de magnicidios y desestabilización promovidas por Washington. El Ejecutivo chavista instó a Estados Unidos a cesar su constante injerencia en los asuntos internos de Venezuela y aseguró que seguirán defendiendo la democracia revolucionaria.
Antony Blinken expresó su preocupación por la situación en Venezuela, acusando al Gobierno de Maduro de manipular los resultados electorales, reprimir a manifestantes pacíficos y opositores políticos, y emitir injustamente una orden de arresto contra el candidato opositor Edmundo González Urrutia, quien actualmente se encuentra exiliado en España. Blinken afirmó que es necesario garantizar que la voluntad y los votos de los venezolanos se respeten realmente, permitiéndoles determinar su propio futuro, y criticó a Maduro por negarles ese derecho.
A pesar de que el Consejo Nacional Electoral (CNE) proclamó a Nicolás Maduro como presidente reelecto, la coalición antichavista -Plataforma Unitaria Democrática (PUD)- insiste en que el verdadero ganador fue su líder, González Urrutia. Hasta el momento, el CNE no ha publicado los resultados desagregados de las elecciones. La situación política en Venezuela sigue siendo motivo de controversia y confrontación, con la oposición y el Gobierno en disputa constante por el poder y la legitimidad de las instituciones.
El comunicado del Gobierno venezolano refleja la tensión continua entre Venezuela y Estados Unidos, con acusaciones mutuas de intervencionismo y apoyo a grupos violentos. La retórica beligerante de ambas partes no parece disminuir, y la situación interna en Venezuela sigue siendo precaria debido a la crisis económica y política que afecta al país. La falta de consenso político y la polarización han creado un ambiente de confrontación que dificulta la búsqueda de soluciones pacíficas y democráticas.
La comunidad internacional sigue de cerca la situación en Venezuela, con la ONU y otros organismos internacionales acusando al Gobierno de cometer crímenes de lesa humanidad. La falta de garantías para los derechos humanos, la represión a la oposición política y la falta de transparencia en los procesos electorales son motivos de preocupación para la comunidad internacional. La crisis en Venezuela parece lejos de resolverse, y la confrontación política entre el Gobierno de Maduro y la oposición antichavista continúa sin una solución a la vista.