Horacio Lamadrid fue un pionero en la televisión dominicana, siendo el responsable de llevarle color y dinamismo a la pantalla. Nacido en Argentina en 1939, llegó a República Dominicana con su esposa Anita Ontiveros, y desde su llegada su trayectoria en el mundo audiovisual marcó un antes y un después. Lamadrid fue el visionario detrás de la primera unidad móvil a color en 1974, lo que permitió la transmisión de eventos históricos como la visita del Papa Juan Pablo II y el certamen de Miss Universo 1977.
Además de sus logros profesionales, Horacio Lamadrid fue reconocido por su calidez humana y pasión por lo que hacía. Sus hijos, Samantha, Horacito, Gabriela, Nicolás y Jorge, agradecen las muestras de cariño recibidas en este difícil momento. Con su partida, la televisión dominicana pierde a uno de sus grandes referentes, pero su legado vivirá por siempre en las producciones que marcaron una era y en los recuerdos de aquellos que disfrutaron de su trabajo.
Horacio Lamadrid también fue el creador del exitoso programa de larga duración Domingo de mi ciudad, que se convirtió en un referente en la televisión dominicana. Su visión y creatividad le permitieron revolucionar la televisión en el país y hacer historia con eventos como la transmisión a color de la visita del Papa Juan Pablo II y el certamen de Miss Universo 1977.
La pasión de Lamadrid por la televisión dominicana se reflejaba en cada una de sus producciones, y su legado inmortalizado en la pantalla seguirá siendo recordado por generaciones. Quienes lo conocieron destacan su calidez humana y su dedicación a su trabajo, haciendo de Horacio Lamadrid un referente en la historia de la televisión en República Dominicana.
A través de su trabajo, Lamadrid dejó un impacto imborrable en la televisión dominicana, transformando la manera en que se hacían las producciones y llevando entretenimiento de calidad a cada hogar. Su legado perdurará a través de las producciones que marcaron una época y en los corazones de aquellos que disfrutaron de su talento y dedicación a lo largo de los años.
La partida de Horacio Lamadrid deja un vacío en la televisión dominicana, pero su legado perdurará en cada pantalla y en cada corazón que disfrutó de sus producciones. Su visión revolucionaria y su pasión por la televisión marcaron un antes y un después en la industria audiovisual del país, dejando un legado que será recordado por siempre.