Durante los casi diez meses de guerra en la Franja de Gaza, el Gobierno de Benjamín Netanyahu ha justificado su ofensiva contra el enclave palestino, con más de 39,400 muertos, con el objetivo de acabar con las capacidades militares y gubernamentales de Hamás y prevenir futuras matanzas como la ocurrida en octubre. Además, el grupo chií Hizbulá se convirtió en otro objetivo de Israel al abrir fuego en solidaridad con los palestinos. Desde entonces, han sido asesinados varios líderes de ambos grupos en los casi 300 días de guerra.
Entre los líderes de Hamás asesinados se encuentran Ismail Haniyeh, Saleh al Arouri, Marwan Issa y Rafaa Salameh. Haniyeh, presidente del buró político del grupo, fue asesinado en Teherán durante una visita oficial atribuida a Israel. Al Arouri, considerado número dos del buró político de Hamás, murió en un bombardeo en el sur de Beirut, donde residía desde 2018. Issa, subcomandante del ala militar de Hamás, fue asesinado en un ataque aéreo en el campamento de refugiados de Nuseirat, mientras que Salameh murió en un bombardeo en la zona humanitaria Mawasi.
Por otro lado, entre los líderes de Hizbulá asesinados se encuentran Fuad Shukr, descrito como la mano derecha del líder del movimiento y comandante militar de mayor rango, que murió en un bombardeo en los suburbios de Beirut. Mohammed Niamah Nasser, líder de la Unidad Aziz de Hizbulá, falleció en un ataque con dron, al igual que Taleb Sami Abdalá, comandante de la unidad Nasr en el sur del Líbano. Wissam Hassan Taweel, comandante de las Fuerzas Radwan, fue la primera baja de alto rango en Hizbulá tras un ataque selectivo en enero.
Estos ataques selectivos a líderes de Hamás y Hizbulá han sido parte de la estrategia de Israel en la guerra de Gaza, con el objetivo de desestabilizar a los grupos y debilitar sus capacidades militares. Sin embargo, las repercusiones de estos asesinatos han generado tensiones y provocado represalias por parte de los grupos palestinos y libaneses, lo que ha contribuido a una escalada de violencia en la región. En medio de la guerra, la población civil de Gaza ha sufrido enormes pérdidas y daños, generando críticas y condenas a nivel internacional.
La situación en la Franja de Gaza sigue siendo crítica, con un alto número de víctimas civiles y la destrucción de infraestructuras vitales. La lucha armada entre Israel, Hamás y Hizbulá ha generado un ciclo interminable de violencia y retaliaciones que no parece tener una solución a corto plazo. Mientras tanto, miles de personas continúan sufriendo las consecuencias de un conflicto que parece lejos de llegar a su fin, con líderes asesinados y la población civil como la mayor damnificada. La comunidad internacional ha instado a un cese al fuego y a buscar una solución pacífica y negociada para poner fin a esta devastadora guerra.