El texto que acompañaba una refinada lámina entregada al final de la misa en la Catedral concluía con las palabras "Agradecer, levantar la mirada, amar y vivir", acompañado de una pintura esplendorosa de Patricia Reid Baquero de Egan. Su identidad completa estaba reflejada en esta obra, mostrando sus cualidades afectivas, humanistas y espirituales plasmadas en sus obras pictóricas.
Patricia Reid, también conocida como Patricia Reid, era conocida por su personalidad valiosa, amorosa y primorosa, destacándose en diversas disciplinas como arquitecta, decoradora, museógrafa y curadora, pero fue en la pintura donde dejó su mayor huella. Sus obras, especialmente sus cuadros, reflejaban su belleza interior y su pasión por la naturaleza, creando composiciones originales y únicas en un género secular.
En sus exposiciones, Patricia Reid mostraba su proceso emotivo e intelectual, revelando su impulso de inspiración y su búsqueda por crear obras significativas e impactantes. Su pasión por experimentar se reflejaba en la elección de temas inspirados en la naturaleza, donde lograba comunicar originalidad y belleza en cada composición, transformando las flores y la flora en verdaderas obras de arte.
En sus pinturas más recientes, Patricia Reid mostraba un expresionismo lírico, destacando los contrastes tonales y una extraordinaria riqueza en la paleta de colores. Su evolución estética la llevó a una casi abstracción basada en el cromatismo, donde privilegiaba el color y sus vibraciones, creando formas fluídas y poéticas. Su flora y vegetación interior reinventadas mostraban una armonía y continuidad que evocaban emociones y estados de ánimo en el espectador.
La obra de Patricia Reid siempre ha evocado el concepto de "obra abierta", propuesto por Umberto Eco, invitando al espectador a asociarse creativamente a su mundo pictórico. Su estilo evolutivo y emancipado ha sido compartido con sus seguidores a lo largo de muchos años, y una retrospectiva de su trabajo se hace necesaria ahora más que nunca, tras su ausencia definitiva.
Para finalizar, las palabras "Podemos llorar porque se fue y sonreír porque vivió" resumen de manera emotiva la vida y obra de Patricia Reid, destacando su legado artístico y su impacto en quienes tuvieron la oportunidad de conocer y apreciar su arte. Su pasión, su inspiración y su amor por la naturaleza permanecen vivos en cada una de sus obras, que continúan emocionando y inspirando a quienes las contemplan.