La hipertensión arterial es una enfermedad común en la población dominicana, siendo la principal enfermedad adquirida que afecta a la población. Se estima que afecta a más del 30% de la población adulta a nivel mundial y es el principal factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares como la enfermedad coronaria y cerebrovascular. Esta condición puede ser provocada por factores genéticos, edad avanzada, obesidad, falta de actividad física, consumo de sal, alcohol y estrés.
Existen dos tipos de pacientes hipertensos: primario (esencial), que representa el 90% de los casos y no tiene una causa demostrable de hipertensión, y secundario, que constituye el 10% restante y tiene una causa identificable que podría curar la hipertensión si se trata a tiempo. La clasificación de la hipertensión se ha modificado recientemente, considerando valores de presión arterial normales menores a 120/70 mmHg y presión elevada entre 120-140 mmHg, considerando hipertensión propiamente dicha a partir de 140 mmHg.
A nivel epidemiológico, se estima que hay más de mil millones de adultos con hipertensión en el mundo, con la mayoría viviendo en países de ingresos bajos y medios. La prevalencia de hipertensión es mayor en estos países, y se estima que el 40% de los adultos hipertensos desconocen que padecen esta enfermedad. Solo uno de cada cinco adultos hipertensos tiene controlada su presión arterial, siendo una de las principales causas de muerte prematura a nivel mundial.
La hipertensión arterial no controlada puede llevar a complicaciones como la cardiopatía hipertensiva, donde el corazón sufre alteraciones estructurales debido a la presión arterial elevada. Esto aumenta el riesgo de eventos vasculocerebrales y cardíacos como accidentes cerebrovasculares e infartos. Es importante prevenir estos efectos adversos adoptando cambios en el estilo de vida como dejar de fumar, hacer ejercicio, seguir una dieta saludable, controlar el consumo de alcohol, reducir el estrés y disminuir la ingesta de sal.
El tratamiento de la hipertensión incluye la adopción de cambios en el estilo de vida y, en algunos casos, el uso de medicamentos para controlar eficazmente la presión arterial y prevenir complicaciones. Detectar la hipertensión de manera precoz y tomar medidas oportunas puede ayudar a evitar los efectos adversos en el corazón y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Se espera que la prevención y el tratamiento adecuado de la hipertensión ayuden a reducir su impacto en la población a nivel mundial para el año 2030.