El expresidente Donald Trump está llevando a cabo una maniobra política para mostrarse menos radical en cuanto al aborto, consciente de que la mayoría de estadounidenses está en contra de políticas restrictivas. En un intento por blanquear su figura como abanderado del antiabortismo, Trump ha publicado un video en el que descarta impulsar una prohibición a nivel nacional y señala que la legalidad del aborto debería quedar en manos de cada estado. A pesar de estos intentos por suavizarse, chocan con su histórico discurso en el que se jacta de haber facilitado que el Tribunal Supremo tumbara la sentencia Roe vs Wade.
Después del fin de la doctrina 'Roe vs Wade', más de veinte estados conservadores han implementado leyes restrictivas contra el aborto, a pesar de que los ciudadanos hayan expresado su apoyo a la libertad de elección en elecciones en lugares como Ohio o Kentucky. Trump había visto previamente los ataques al aborto como una táctica para ganar apoyo de conservadores radicales, como la base de su electorado MAGA, y por ende se había inclinado por la opción 'pro vida'. Actualmente se encuentra en un dilema y busca atraer votos de ambas partes con mensajes ambiguos y preocupado por la hipocresía de cambiar de postura.
En contraste, el Partido Demócrata está poniendo el tema del aborto en el centro de su campaña, con el presidente Joe Biden mencionándolo con frecuencia y la vicepresidenta Kamala Harris liderando la defensa de los derechos de las mujeres. La Casa Blanca está invirtiendo en anuncios de televisión críticos a la postura antiabortista de Trump. A pesar de sus intentos por mostrarse más moderado, las organizaciones de defensa de los derechos a abortar consideran que las palabras de Trump son huecas y carecen de sentido. Planned Parenthood asegura que Trump firmaría cualquier ley en contra del aborto si se le presentara la oportunidad, demostrando que no se puede confiar en él.
El cambio de discurso de Trump se percibe como un cálculo político motivado por la importancia del tema del aborto en la próxima elección, especialmente en estados como Florida, Míchigan, Wisconsin y Pensilvania. Se espera que el aborto sea un tema crucial en la decisión de los votantes en las elecciones de noviembre. A pesar de los intentos de Trump por presentarse como más moderado, las organizaciones de derechos a abortar consideran que su historial presidencial demuestra que no dudaría en promulgar una prohibición nacional del aborto si se le presentara la oportunidad. En resumen, a pesar de los esfuerzos de Trump por cambiar su postura, su historial y la percepción de las organizaciones defensoras de los derechos a abortar hacen dudar de su verdadero compromiso con el tema.