Las distribuidoras de electricidad en la República Dominicana han registrado pérdidas significativas en los últimos años, lo que ha requerido transferencias del Estado por montos de US$1,400 millones y US$1,300 millones en 2022 y 2023. Estas cantidades representan el 8.3% y 7% de los ingresos fiscales respectivamente. Las pérdidas promedio de las distribuidoras de energía en el país son del 34%, siendo Ede-Este la que registra mayores pérdidas con un 50% de la energía comprada a los generadores.
En el caso específico de Ede-Este, se ha identificado una merma en las compras físicas de energía de 3,498 Gigavatios en 2023, lo que equivale a no cobrar la generación de una planta de unos 400 Megavatios. En comparación con otras empresas de energía a nivel internacional, la empresa nacional de energía en Honduras pierde el 33% de la energía comprada, mientras que UMEME en Uganda perdió un 16% en 2023. Se destaca que una empresa que no cobra el 50% de la energía comprada y solo recupera el 45% del efectivo no es viable a largo plazo.
Para abordar este problema, se han propuesto diferentes esquemas administrativos, como la privatización parcial para estimular a terceros a asumir el riesgo de gestionar la operación de las distribuidoras. Otros enfoques han sido otorgar el monitoreo de circuitos específicos a terceros para reducir hurto y fraudes, pagando un porcentaje sobre el aumento en la cobranza obtenida. También se ha planteado la instalación de medidores "inteligentes" con capacidades digitales para registrar el consumo de los usuarios, lo que se conoce como infraestructura avanzada de medición (AMI).
La implementación de estos medidores inteligentes permitiría mejorar el flujo de efectivo de las distribuidoras, reducir costos de operación y mejorar el mantenimiento de las redes. Se estima que si las pérdidas de Ede-Este se reducen en un 35% en tres años, la inversión en los medidores se recuperaría en menos de cuatro años en un piloto con 45,000 usuarios. Sin embargo, para lograr estos objetivos será necesario eliminar las conexiones directas no autorizadas, presentar estados financieros mensuales y realizar auditorías anuales.
Se sugiere seleccionar circuitos específicos de Ede-Este, como los ubicados en zonas como Villa Mella, Autopista de San Isidro, Circunvalación y San Vicente de Paul, para implementar un proyecto piloto inicial que sirva como preparación para un despliegue más amplio en el futuro. A pesar de que se han discutido planes similares en el pasado, hasta el momento no se han implementado medidas efectivas para reducir las pérdidas de las distribuidoras de electricidad en el país, lo que sigue representando un desafío para el sistema energético dominicano.