La experta en Relaciones Internacionales, Ana Belén Soage, señala que Irán tiene opciones limitadas de represalia por el asesinato en Teherán del jefe político de Hamas, Ismail Haniyeh, debido a la impopularidad del régimen. Este evento y el asesinato del jefe militar de Hezbolá en Beirut muestran la audacia del gobierno israelí y el alcance de sus servicios secretos. Haniyeh era considerado relativamente moderado dentro de Hamas por defender negociaciones para la creación de un Estado palestino reconocido por Israel.
El ataque perpetrado contra Haniyeh en Teherán constituye una afrenta a la soberanía iraní y representa un desafío por parte de Israel. Sin embargo, las represalias que pueda tomar Irán podrían ser limitadas, ya que el régimen iraní prioriza su supervivencia y busca establecer buenas relaciones con países occidentales, como recientemente con la elección del presidente Pezeshkian. Este nuevo ataque complica la tarea de los partidarios de la apertura en Irán y refuerza a los sectores más radicales.
El asesinato de Ismail Haniyeh y del jefe militar de Hezbolá, Fuad Shukr, en Beirut, evidencian la temeridad del liderazgo político israelí. A pesar de que Estados Unidos niega su participación en estos ataques, es posible que Israel actúe con el respaldo implícito de Washington. Sin embargo, el gobierno israelí ha sido criticado por sus políticas arriesgadas, y Netanyahu confía en el apoyo internacional, especialmente en una posible victoria de Trump en las elecciones de noviembre.
La posibilidad de que Israel abra dos frentes simultáneamente preocupa a los países occidentales, que desean evitar una escalada en la región. Aunque existe una creciente crítica hacia Netanyahu y su gobierno, que se refleja en manifestaciones en las principales ciudades, el gobierno israelí confía en el respaldo de Washington. Sin embargo, hay incertidumbre respecto al resultado de las elecciones estadounidenses y a cómo influirán en la política internacional hacia Israel.
En medio de la tensión en Medio Oriente, los ataques perpetrados por Israel contra altos cargos de Hamas y Hezbolá, así como la respuesta de Irán, plantean un escenario de incertidumbre en la región. La impopularidad de los regímenes involucrados, la audacia de Israel y la posible influencia de Estados Unidos en los acontecimientos generan preocupación entre los países occidentales. La situación se torna más compleja ante la proximidad de las elecciones presidenciales en Estados Unidos y las posibles repercusiones en la política internacional.