Una de las víctimas de Víctor Manuel Kery denunció que cuando tenía 17 años, el pastor abusó de él obligándolo a realizar actos sexuales en la Iglesia "La Antorcha de la Verdad". El joven afirmó que contra su voluntad y por miedo, tuvo que acceder a realizar sexo oral y a masturbarse mutuamente con el pastor, quien también realizaba otros actos sexuales no consentidos con otros jóvenes en el templo religioso.
El joven señaló que la última vez que fue víctima de un intento de violación por parte del pastor fue el 20 de enero de 2024, cuando fue llevado a un rancho junto con otro compañero del pastor y los vio sosteniendo relaciones sexuales. Otra supuesta víctima relató que también fue obligada por Víctor Manuel Kery a participar en actos sexuales, bajo amenazas de muerte para él y su familia si revelaba lo sucedido.
Ante la gravedad de los hechos descritos, el Ministerio Público solicitó la prisión preventiva por tres meses para Víctor Manuel Kery. La audiencia para discutir esta solicitud se llevará a cabo en la Oficina Judicial de Servicios de Atención Permanente de La Altagracia este jueves por la mañana. Se espera que se tomen medidas contra el pastor acusado de abuso sexual a menores en la Iglesia.
Estos nuevos casos de abuso sexual por parte de líderes religiosos continúan generando indignación en la sociedad, especialmente cuando se trata de menores de edad como en este caso. Se espera que se haga justicia y que las autoridades tomen medidas para prevenir este tipo de abusos en el futuro. La comunidad religiosa en Higüey está conmocionada por las acusaciones contra Víctor Manuel Kery y se espera una respuesta contundente por parte de la justicia.
El abuso sexual a menores es un delito grave que no puede ser tolerado en ninguna circunstancia. Es importante que se brinde apoyo a las víctimas y que se investigue a fondo para garantizar que se haga justicia. Los casos de abuso por parte de líderes religiosos son especialmente preocupantes, ya que estas figuras suelen ser vistas como ejemplos a seguir y deben actuar con integridad y respeto hacia sus seguidores, especialmente si se trata de menores de edad. La comunidad religiosa debe estar atenta a cualquier señal de abuso y denunciar cualquier situación sospechosa para prevenir futuros incidentes.